RESUMEN
La presente ponencia recupera la intervención de diversas instituciones de la zona de influencia del Centro de Participación Comunal (CPC) Nº 7 Empalme de la ciudad capital de Córdoba. En el año 2009, se conforma la Red de Organizaciones de este CPC, que diera origen en el año 2011 al Consejo Comunitario de Niñez y Adolescencia. El trabajo continuado de este Consejo, las reflexiones anudadas a las intervenciones, los propósitos de hacer y de recrear la intervención con jóvenes, nos llevó a interpelarnos acerca de la posibilidad de conformar un Consejo de Jóvenes, donde los adultos tomásemos un rol de facilitadores y los jóvenes comenzaran a posicionarse en un rol de ciudadanos activos.
Es sobre esta experiencia, que ya lleva dos años de trabajo continuado y sostenido entre 11 diferentes organizaciones de distintos barrios de la zona, que pretendemos revisar y develar los fundamentos teóricos y metodológicos de nuestras prácticas con jóvenes, los obstáculos y facilitadores con los que nos encontramos, las posibilidades de avance, nuestras evaluaciones de proceso y las que realizan los jóvenes consejeros.
Desde la conformación de la Red, primero, y luego el Consejo Comunitario de Niñez del CPC Empalme, se comenzaron a abordar distintas iniciativas para la implementación del sistema de protección de derechos de los niños y adolescentes, donde una de las cuestiones prioritarias era la creación de dispositivos de participación ciudadana de los mismos en ejercicio del derecho a participar y organizarse. Por esto, y reconociendo que el derecho de niños/as y jóvenes a ser escuchados es uno de los aspectos más relevantes del nuevo paradigma, en tanto que los hace sujetos de derechos, surgió la propuesta colectiva de crear el Consejo de Jóvenes, primera experiencia de este tipo en la ciudad de Córdoba.
En su fundamentación, una de las líneas directrices sostiene que la participación no es sólo un medio que permite ser parte, incluirse y así transformar-se, sino también una “responsabilidad” de los jóvenes y de los adultos, en la medida en que toda participación implica un determinado compromiso. Por ello, la iniciativa de conformar dicho Consejo tiene que ver con la posibilidad de favorecer la capacidad de participar participando y, en esa medida, empoderarse cívicamente.
En este camino, que nos resulta sinuoso a los adultos, aparecen diversos obstáculos que complejizan el desarrollo de esta estrategia. Por un lado, algunos se vinculan con las propias concepciones de los profesionales, con la deficiente formación en el Sistema de Protección Integral de los Derechos del Niño/a y Adolescente -formación que muchas veces es autogestionada-, y con los contextos de posibilidades y carencias en los que los jóvenes desarrollan sus proyectos de vida. Por el otro, los que se derivan de las ausencias del Estado, ausencias que también habilitan al hacer, a construir nuevos saberes.
Este es uno de los desafíos que el Consejo Comunitario de Niñez y Adolescencia intenta asumir en el proceso de su gestación y de maduración, apuesta que está permitiendo que los adolescentes se reconozcan en un colectivo generacional identitario, y puedan compartir preocupaciones, saberes, vulneraciones y posicionamientos políticos.
Asimismo, la participación de los adolescentes exige de parte de los adultos involucrados, en tanto facilitadores del espacio del Consejo, un permanente ejercicio colectivo y activo de escucha y acción en el aprendizaje de los procedimientos de implementación de los espacios de concertación política, en tanto lugares privilegiados para la construcción y legitimación de la ciudadanía en la ciudad de Córdoba.