POLÍTICAS DE JUVENTUD EN TIEMPOS DE CAMBIEMOS: ¿DE LA INCLUSIÓN A LA MERITOCRACIA?

RESUMEN

El presente capítulo lo elaboramos tomando como referencia nuestras múltiples y a la vez convergentes posiciones de sujetas; en tal sentido es producto de nuestras prácticas en la docencia, investigación y extensión universitaria desde el campo de los estudios de juventudes en la recientemente creada Facultad de Ciencias Sociales de la UNC.5 Nuestras preocupaciones por las juventudes en plural, como militantes, docentes, profesionales que trabajamos e intervenimos con jóvenes nos atraviesan y desvelan. Históricamente, los jóvenes en general y los jóvenes de sectores populares en particular han constituido en nuestro país, los sujetos más marginales e invisibles de las políticas públicas.

El enfoque que hemos seleccionado para elaborar este capítulo parte de algunas premisas. La primera de ellas: las juventudes son una construcción social, y en la misma intervienen, operan e inciden diversos actores y agencias. Las disciplinas y/o cuerpos de conocimientos científicos (las universidades con sus investigaciones, ensayos), los políticos, los medios de comunicación, las organizaciones y/o colectivos juveniles, los jóvenes y los no jóvenes, abonan los discursos en torno a las juventudes. En esta línea entonces, las políticas sociales toman, refuerzan, impugnan nociones y definiciones sobre los sujetos y problemas que suponen y atienden.

De allí la importancia que adquiere “desnaturalizar” las nociones; en el caso de la juventud, desnaturalizar supone dejar de considerarla como una categoría espontánea de percepción del mundo social y, en su lugar, visibilizar sus diferentes producciones y significados, como también las dinámicas, grupos y actores involucrados con el trabajo de producción y de unificación simbólica de esta categoría social.

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