«Tensiones entre políticas de empleo y juventudes. Aportes para una revisión crítica que recupera la mirada de los y las jóvenes» – Lic. Andrada Susana

RESUMEN

La problemática relación jóvenes y trabajo, es una de las cuestiones públicas que adquiere mayor relevancia en los últimos 20 años en nuestro país. El desempleo y la precariedad laboral afectan de modo particular a les 1 jóvenes, quienes constituyen una elevada proporción de la fuerza laboral; en nuestro país, ya hace varias décadas la tasa de desempleo juvenil duplica a la de los adultos. Los jovenes encuentran dificultades tanto para insertarse como permanecer en el mercado laboral, y lo hacen en los puestos de mayor precariedad (informe OIT, 2011 y 2013)2 ; son quienes más sufren informalidad, inestabilidad y bajos salarios, cuestión que se profundiza en las mujeres y aquellos que provienen de los sectores populares (Assuza 2017, Perez y Brown 2014; Massi 2014; OIT 2011 Y 2013). Para los jóvenes de sectores medios y altos, con mayores niveles educativos, esto es una situación transitaria, mientras que para aquellos que viven en la pobreza se vuelve una constante (Filmus, 2010, Longo 2014).También contextos de recesión y aumento del desempleo son los primeros en recibir los impactos y quedar fuera del mercado de trabajo. Aun en el período de postconvertibilidad3 , donde la recomposición económica permitió la recuperación de empleos, mejora en los salarios, protecciones normativas y la reducción de los índices de informalidad, la situación desfavorable de les jóvenes en comparación de los adultos, persistió, aunque hubieran mejorado posibilidades y condiciones de trabajo.

En correspondencia con esta cuestión social, se implementaron en Argentina y en Córdoba de manera particular, diferentes Programas Sociales orientadas a favorecer la empleabilidad y la inserción laboral juvenil, combinando dispositivos de terminalidad educativa, formación específica para el empleo y socialización laboral. Si bien algunos estudios destacan aspectos positivos de estos programas, otros advierten sobre el modo en que reproducen lugares sociales de origen, y contribuyen a formas precarias de empleo (Jacinto 2008 y 2010). Nuestra investigación tuvo dos momentos, 2014-2015 y 2016-2017 (SeCyt UNC), fueron objetivos recuperar las representaciones de los jóvenes en torno al trabajo, las valoraciones respecto al Programa Jóvenes con más y mejor trabajo, y más tarde identificar el modo en que se articulaban representaciones y valoraciones en las trayectorias laborales y educativas. Para el trabajo de campo se combinaron métodos cuantitativos (encuesta) y cualitativos (entrevistas en profundidad y grupos de discusión en formato taller). Aquí pretendo compartir reflexiones que recuperan y trascienden estos objetivos, y sin embargo surgen del trabajo de campo: son las tensiones entre las propuestas programáticas de la política pública, sus formas concretas de implementación, y las representaciones juveniles sobre el trabajo y la construcción de trayectorias laborales. La política pública pareciera sostenerse en una lectura lineal y prescriptiva de las transiciones juveniles entre el estudio y el trabajo, se presentan como la antesala segura del empleo estable y formal aunque genera en algunos casos lo contrario. Sin embargo y más allá de las restricciones y posibilidades que el contexto pone a esa transición (contracción del mercado laboral, segmentación, legislaciones vigentes, etc), los jóvenes articulan las políticas de empleo en las trayectorias laborales o educativas de modos diversos. En algunos casos se las reconocería como un recurso que no siempre abona al empleo, sino a las formas en que las juventudes de sectores populares van definiendo estrategias de integración social.

El contexto de nuestras investigaciones y en particular el de las políticas activas de empleo han cambiado mucho a partir del 2015 en nuestro país y en la región (informe OIT-CEPAL 2017), sin embargo es central analizar los modos en que las juventudes producen itinerarios en el mundo del trabajo, y cómo las políticas de empleo se vuelven en esos recorridos, recursos para formas más dignas de vida o mecanismos de reproducción de desigualdades. Sin dudas en la revisión crítica a los programas para la inserción y permanencia de les jóvenes en el mercado laboral, es fundamental reconocer y valorar las formas concretas en que se vinculan las juventudes y el trabajo.

 

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