Resumen:
En el presente artículo me propongo compartir lecturas y reflexiones en torno a la universidad como espacio público, y en particular a las tensiones que se producen y las huellas que deja la inclusión en la misma de una población que tradicional e históricamente no ingresó ni circuló por la UNC. Me voy a referir de manera general a los sujetos que, a través de diversos programas y propuestas, llegan, cursan, transitan la Universidad, reciben su diploma de manos de autoridades universitarias, sin embargo no entran en la clásica noción de “estudiantes universitarios”. En particular me referiré a los jóvenes que a través de una diversidad de iniciativas de la UNC (algunas propias, otras compartidas con otras instituciones) en los últimos años se han sumado a la población que cotidianamente transita y usa el espacio público de la universidad. En el artículo retomo algunas preocupaciones, lecturas y acciones que vengo desarrollando desde los diversos espacios de pertenencia y participación en la UNC y en particular desde el esfuerzo de articular las tres funciones básicas de la universidad pública: docencia, extensión e investigación. Mi trayectoria de trabajo con jóvenes se ha venido articulando de manera periódica con el convencimiento de que los resultados de las investigaciones son potencialmente insumos para mejorar prácticas sociales y políticas.