RESUMEN
La línea de investigación que da origen a las presentes reflexiones focaliza su mirada en la participación juvenil, y se inscribe en una de investigacion que retomamos en el 2008 en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Córdoba2 . También responde al compromiso por la identificación y promoción de las potencialidades de l@s jóvenes y los agrupamientos juveniles; jóvenes sobre quienes pesan diferentes discursos que los y las presentan como peligrosos/as, violento/as, apáticos/as, indiferentes. El modo en que se define la juventud en cada sociedad expresa el valor y lugar que se le otorga a estos/as sujetos, y produce en consonancia determinadas prácticas (Bourdieu: 1997). Ante las generalizadas tendencias a estudiar, analizar, y categorizar a l@s jóvenes como aquellos que “no tienen”, “no pueden”, “no quieren”, “no saben”, “no se comprometen con su tiempo”, nos inclinamos por indagar motivaciones, prácticas y representaciones donde quizás se cristalizan convicciones, potencialidades, compromisos y utopías juveniles.
En este trabajo nos proponemos compartir algunos aprendizajes como equipo de investigación y de intervención , en términos de propuestas o recomendaciones para la actividad teórico–metodológica en el trabajo con jovenes. Quizas resulte necesario contextualizar nuestras búsquedas y trayectorias3 , y explicitar cómo la preocupación por la acción colectiva y la participación juvenil ha atravesado en algunos de nosotros, la docencia y la intervención en el campo comunitario; en otros, se materializa en la inclusión en algún espacio de militancia y acciones públicas colectivas -organismos de derechos humanos, centros de estudiantes, murgas, grupos artísticos-. Esto ha impregnado también nuestro paso por la gestión universitaria, impulsando y potenciando acciones, espacios e iniciativas que provenían de los estudiantes y que sin embargo no encontraban cabida en “lugares institucionales preexistentes”4 . De modo entonces, que nuestras preocupaciones por la investigación devienen de nuestras prácticas docentes, de intervención e incluso de militancia. Estamos convencidas que la práctica por sí misma no es productora de conocimientos y respuestas teóricas y éticas, sino que las mismas crean las condiciones para la emergencia de interrogantes y preocupaciones; por ello, se torna necesario explicitar los marcos teóricos desde los cuales indagamos la realidad; marcos que operan cual lentes, que bajo ningún punto de vista deberían opacar ni transparentar la realidad, simplemente contribuir a mirarla con cierta distancia